Vida y consecuencias, realidades e ideales…
Existencias en sueños puros, sueños derrumbados por las
garras sociales.
Me lástima que no entiendas que mientras dices, dejas de
decir, que mientras toda nuestra función pareciese tener un sentido real, solo
lo es mientras deja de existir.
Pareciese ser que lo importante más que lo vivo y lo
presente, es lo simbólico y ausente.
Mientras decimos tantas cosas, reservamos nuestra esencia
bajo la palabra del silencio.
Mientras el rechazo advierte de forma directa en la
realidad, en lo simbólico se vive como una experiencia casi carnal.
Me encantaría que entiendas que no necesito más que tus ojos
para poder hacer contigo lo que quiero, que no necesito tu cuerpo para hacerte
el amor, más bien solo necesito tu mente penetrada por mi voz.
Con cada palabra toco tu cuerpo, con cada sonrisa te retiro
tu ropa, mientras me evitas la mirada, me entregas el deseo de lo que realmente
hay debajo de tu sombra.
Y me negaras y el deseo inconsciente permanecerá, pero no
evitaras que cuando te mire ardas por dentro, como un orgasmo del sin sentido,
porque nunca supiste lo que soy ni lo que seré y por tanto mientras recuerdas
todos los mundos paralelos, ensoñaras con el mundo donde te hacia mía.
Es ahí donde el deseo reside, no en mi cuerpo ni en el tuyo,
pertenece al mundo del no presente, al mundo del podría ser y mientras persista
ahí, yo me vuelvo poderoso no por ser más de lo que soy, sino porque nunca
sabrás realmente que no soy.
Mientras en lo abstracto crezco, en lo terrenal me derrumbo,
pero da igual, una sonrisa nueva a cada camino y una nueva carga a cada
destino.
Sé que no es el momento, sé que busco cosas que no
encuentro, pero es que a veces me siento en un mareo existencial, olvidando rápidamente
de dónde vengo y hacia donde me centro.
No tengo más ganas de escribir y aunque hace mucho que no lo
hacía, tampoco pretendo recitar poesía cuando estoy en melancolía…