Las notas sonaban casi mudas a mi alrededor, atónito no podía creer lo que me pasaba
El vaso lentamente caía, todo seguía igual paralizado ante tal hecho, yo era el único que me percataba de aquella maravilla.
Cristal dentro de cristal rodaba desafiando las leyes de lo normal, en el aire contaminado con tóxico humo, se visualizaba
La silueta entre la adrenalina y el futuro horror. Lentamente se le pasaba por delante la vida a aquel cristal, lentamente
Disfrutaba de aquel último instante, como si este significara más que su propia existencia, al final durmió en aquel lugar eterno donde no hay más que eso donde solo ahí puedes optar llegar, y dividiéndose en mil partes como un hermoso fractal acabo la cinética de su vida.
Sangrando cristales de odio, sangrando tal vez una vida en vano...
Las miradas todas giraron desde la parálisis visualizaron solo el final de la pobre vida del ya antiguo vaso, y sin buscar detalle ni explicación a tan hermoso último acto, liberaron su poder y sentenciaron la condena.
Franco Cantarutti Mainat
un corto negro inspirado en La senda del perdedor de Charles Bukowski