martes, 14 de agosto de 2012
Del placer a la carne
Las vergüenzas de Gomorra
Y esa felicidad que no fue sal
Ni salida, ni pérdida en esta hora
Esta que late progresiva entre tus labios
En color de tu piel y la ropa de cambio
Botánica bocanada exhalo y sigo mirándote
Olvide mi hedonismo en la maleta
Y entre mis papeletas, mis caretas
De tus pechos florecidos de colores
Yace mi elocuencia y paciencia
Solo me detengo a pensar en si es
O tal vez, quien fuera, o solo quien fueras
Y afuera todo tapujo, todo honor y toda gloria
Oh piel como riel para mi sangre de ariete
Con mi boca retiro suavemente tu pendiente
Y me dejo ir en el suave ir y venir
De tu cintura que se mueve sin herir solo mi latir
Volcando silente mi trémula locura
Ocupando todos mis rincones
Todos dentro de esta habitación y mis licores
Llenas este ínfimo universo y solo me queda el leer
Como un erudito ciego con las yemas de mis dedos
Cada recóndito sector de tu piel, como un grimorio prohibido
Encuadernado de sándalo o café
O tal vez sea en tierra húmeda o solo a fe
Los segundos se quietan y se desbarata el caos
Un vórtice de tus piernas y tus manos en mi espalda
Escavando con las uñas buscando mi alma
La calma se olvido en la puerta de entrada
No se dejara en frio estas horas robadas
Rodeadas de ti y en ti
Tus cabellos, tu mirada, tus carnadas
Como una medusa en locura y rencarnada
Como una hidra con un veneno de deseo
Y el placer se busca a si mismo mil por mil
Brazos, piernas, tu piel, su piel, mi piel
Un cáliz chorreante, un seno mas que preciso entre copas
Y la copla silenciosa de nuestro respirar andante
Sin cobertizo, casi casi omiso
De cabo a rabo en los murmuros nocturnos
No hay más turnos, ni siquiera mutuos
Quedo allí, con tu carne a milímetros
Con tu tez blanca jugando con mis labios
Y todos tus colores, todos tus sabores, todo en mi
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Autor: Diego Jaques, estimado amigo y soñador empedernido de un mundo nuevo y de un sistema perdido, en libertad.
viernes, 10 de agosto de 2012
Percepción del detalle
Las notas sonaban casi mudas a mi alrededor, atónito no podía creer lo que me pasaba
El vaso lentamente caía, todo seguía igual paralizado ante tal hecho, yo era el único que me percataba de aquella maravilla.
Cristal dentro de cristal rodaba desafiando las leyes de lo normal, en el aire contaminado con tóxico humo, se visualizaba
La silueta entre la adrenalina y el futuro horror. Lentamente se le pasaba por delante la vida a aquel cristal, lentamente
Disfrutaba de aquel último instante, como si este significara más que su propia existencia, al final durmió en aquel lugar eterno donde no hay más que eso donde solo ahí puedes optar llegar, y dividiéndose en mil partes como un hermoso fractal acabo la cinética de su vida.
Sangrando cristales de odio, sangrando tal vez una vida en vano...
Las miradas todas giraron desde la parálisis visualizaron solo el final de la pobre vida del ya antiguo vaso, y sin buscar detalle ni explicación a tan hermoso último acto, liberaron su poder y sentenciaron la condena.
Franco Cantarutti Mainat
un corto negro inspirado en La senda del perdedor de Charles Bukowski
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